La tierra de diatomeas es el nombre que recibe un material en polvo fino de color blanquecino, resultante de un proceso de extracción, secado, triturado, tamizado y centrifugado del esqueleto silíceo de un tipo de algas marinas microscópicas que forman parte del phytoplancton. También se le llama diatomeas, diatomita, tierra blanca, kieselguhr o diahydro.

Sus usos en agricultura son numerosos y cada vez más extendidos. Al ser un polvo de color blanco micronizado, sin residuos de ningún tipo, se usa en aplicación foliar, diluida en agua al 8%, ya que ayuda a la reflexión de la luz solar al disminuir la evaporación de agua en la superficie foliar, evitando así un estrés de la planta.

También puede utilizarse para proteger la hoja de la radiación, de hecho, es más indicada que el caolín ya que tiene gran cantidad de micronutrientes y menor contenido en aluminio. Debe aplicarse de tal manera que la hoja quede completamente cubierta con una coloración blanca. Para ello hay que obtener un tamaño muy fino de la gota y regular la distancia, velocidad y dirección de la aplicación.

Los microcristales afilados que componen las diatomeas se adhieren fácilmente al cuerpo de larvas y adultos de artrópodos provocando un daño en el revestimiento del insecto. La aplicación foliar al 5% o en polvo puro sobre la tierra a razón de 100 g/m2 ayuda a controlar araña roja, pulgón, chinches, orugas, langostas, mosquito verde, mosquita blanca y cualquier tipo de artrópodo de aparato bucal chupador. Tiene la ventaja de que al ser una sustancia netamente natural los insectos no desarrollan ningún tipo de resistencia a su aplicación.

Aparte de las características anteriores este polvo también tiene una gran capacidad de absorción y es un excelente aliado para el control de caracoles y babosas cuando se aplica en espolvoreo directo sobre la tierra cercana al tallo de la planta a razón de 100 g/planta. Por esta misma razón también podemos utilizarlo para favorecer el secado de la planta en periodos de lluvia.

Al ser un alga marina, además de sílice posee una gran cantidad de otros minerales (calcio, fósforo, hierro, magnesio, manganeso, potasio y zinc) sumados a una gran cantidad de oligoelementos que favorecerán la restauración de la diversidad mineral tanto en aplicación foliar al 5% como si son aplicadas directamente a la tierra a razón de 100 g/m2.

Las diatomeas también podemos incorporarlas –como un material más– dentro del proceso de compostaje, aportando como máximo un 1% en volumen del total inicial de todos los materiales.

En gallineros y camas de animales ayudan a controlar piojos y garrapatas, disminuyen la intensidad de los olores y atenúan infecciones de parásitos y hongos por su capacidad de absorción.

CERAI Aragón. Equipo de Dinamización Local Agroecológica