Para que nuestros cultivos estrella del verano se comporten con generosidad, bastará haberlos plantado sobre una tierra bien alimentada con aportes periódicos de compost de buena calidad. Pero en ocasiones puede interesar un pequeño suplemento. Vamos a ver algunos ejemplos, según diferentes situaciones:

En hortales con tierras muy ligeras (muy poca arcilla) conviene aportar alrededor de la mitad del abonado una vez el cultivo está establecido. En este caso son ideales el humus de lombriz o el compost muy maduro. Lo repartiremos lejos del tallo, en los bordes de la proyección de la “copa” de la planta, para favorecer que las raíces se expandan ampliando su perímetro de acción.

Si trabajamos con acolchado de paja lo dejaremos debajo y regaremos sobre la paja. Si trabajamos en una tierra desnuda lo mezclaremos en los primeros 10 cm de profundidad. Si trabajamos con acolchado negro y riego por goteo esta segunda fracción de abono la aportaremos en forma de lixiviados de humus de lombriz, tés de compost o extractos fermentados de ortiga y consuelda inyectados en el riego. En este caso, cobra gran importancia desplazar los tubos de riego o aumentar los tiempos progresivamente.

Puede ocurrir que hayamos aportado a nuestro huerto demasiado carbono de golpe (estiércol mal compostado, paja, restos vegetales, serrín…), lo que se manifiesta en un retraso generalizado del crecimiento vegetal. En tal caso, podemos aportar semanalmente purín de ortiga al 5% sobre el follaje y melaza o azúcar de panela diluida al 10% sobre la tierra. Si acompañamos las aplicaciones de melaza con laboreos someros acortaremos aún más el periodo de “bloqueo” de nitrógeno.

En zonas frías o periodos anormalmente fríos las solanáceas necesitarán la tierra más caliente. Hace un año (ver pág. 19 de los nºs 72 y 73) dimos algún consejo para esa situación. Si necesitáis una solución más puntual o urgente podéis intentar estimular sus raíces con té de compost, con lixiviado de humus de lombriz o con un biofertilizante de microorganismos nativos activados (ver artículo pág. 56 del nº 77). También podemos aportar compost muy maduro o humus de lombriz en la tierra y regar a mediodía.

Si nuestro huerto está en tierras que se alejan del pH neutro podemos sufrir bloqueos de algunos minerales concretos. En tal caso, el suplemento alimenticio más adecuado (además de añadir compost de calidad) serán las pulverizaciones foliares con biofertilizantes enriquecidos con harina de roca o ceniza de buena calidad (ver Cuaderno del huerto del nº 72, pág. 21).

CERAI Aragón. Equipo de Dinamización Local Agroecológica