El arroz, que constituye el 30% de la producción mundial de cereales para consumo humano y el único que se puede consumir en una monodieta, es el cultivo ecológico perfecto para resolver los problemas ambientales y socioeconómicos de nuestras zonas húmedas o inundables. Aunque su origen es claramente asiático –en China, 6.000 años a.C., ya había comunidades agrícolas consolidadas en torno a su cultivo– se encuentra repartido en otros continentes y se ha avanzado en el estudio de sus bondades y posibilidades ecológicas. Como cultivo y como alimento es recomendable para toda edad, en cualquier estación y para cualquier bolsillo, por la infinidad de preparaciones y combinaciones que permite.

Sabemos que los funcionarios romanos lo comían aquí, pero importado, como alimento de lujo; fueron los árabes quienes instalaron su cultivo, iniciando y perfeccionando el sistema de riegos y en lo social normativas que aún perviven como Comunidades de Regantes y Juntas de Desagüe. Hoy somos los segundos productores de arroz en Europa, después de Italia, con el 28% de 750.000 toneladas anuales. Pero en ecológico sumamos solo 1.506 tm (4 en Andalucía, 380 en Aragón, 16 en Castilla La Mancha, 749 en Cataluña, 300 en Murcia, 58 en Navarra) ¿Por qué tan poco? Porque el arroz ecológico, que requiere agua limpia, estiércol animal y no escatimar en mano de obra, se ve frenado por el cultivo convencional. Por ejemplo, en toda la albufera valenciana, cuna y cultura del arroz, no se puede hoy cultivar arroz ecológico por las derivas de plaguicidas. Solo si tienes una finca al inicio del reparto del agua se podría cultivar con aguas limpias, como se hizo siempre. También se podrá cuando la Administración obligue a que al menos en zonas húmedas y en parques naturales se cultive en ecológico, como la mejor manera de conservar los recursos naturales. El cultivo que ha rescatado el saber tradicional mejorándolo, revive en iniciativas como la de la Sociedad Española de Ornitología en el Delta del Ebro, o la de los murcianos que apoyados en la D.O. Calasparra lo cultivan en ecológico desde los años 70, y de hecho esta variedad de arroz fue el primer alimento certificado como ecológico en España, en 1986.

Cocinarlo al vapor es la forma más digestiva, después el cocido y luego todas las formas tradicionales de guisarloPara comprobar qué avance supondría expandirlo podemos visitar arrozales ecológicos o entrar en la web de la SEO y saber de las especies que se acogen a estas auténticas reservas no solo ornitológicas, donde los anfibios, reptiles, peces, pequeños mamíferos e insectos viven entre la flora autóctona del humedal, controlada y pastada incluso por yeguas, como cierre de ciclo. Solo la vida alimenta la vida. Cuidemos el arroz, que está incluido entre los alimentos que protegen del cáncer; equilibra el exceso de proteína y gluten de nuestra alimentación y aporta fibra, esencial para eliminar toxicidades y colesterol; incluso regula el sueño, gracias a la melatonina. Pero tiene que ser ecológico, y semi-integral es perfecto, porque siempre integral puede irritar nuestro digestivo, pero si lo comemos blanco estamos perdiendo el 100% de la fibra, el 12% de la proteína, el 56% del hierro y el 73% del calcio, el 76% del magnesio, el 83% de la vitamina B1 el 62% de la B3 y el 55% de la B9. Si lo mantenemos caliente muchas horas (termos) también estaremos tirando vitaminas.

Cocinarlo al vapor es la forma más digestiva, después el cocido y luego todas las formas tradicionales de guisarlo, en las que sabiamente se añaden especias y aromáticas a elegir. No solo porque aromatizan y mejoran el sabor, también ayudan a la digestión al aumentar los aportes del aparato digestivo, empezando por la saliva. Comer ecológico es también conocer los alimentos y las necesidades de nuestro cuerpo, combinar bien las proteínas (ya sea arroz con verduras, legumbres, pescados, carne, marisco…. “arroz con chícharos, patacas novas” que cantan los gallegos, o la emblemática paella, los pilaf, los arroces caldosos y los castellanos de caldero; arroces fríos y en vinagreta, con costra de huevo batido, negros del calamar, rojos de ñoras murcianas y amarillos de azafrán…) conscientes de que ponemos el paisaje en el plato. Como dice el proverbio chino, “si haces planes para un año, siembra arroz; si haces planes para una década, planta árboles; si haces planes para toda una vida, educa a la gente”.

Texto: Rosa Barasoain