La fauna auxiliar es una aliada imprescindible para el control de las plagas que afectan a nuestros cultivos. Debemos tener en cuenta que para poder iniciar su trabajo es necesaria la presencia de cierta población de plaga y que esta fauna no erradicará por completo la plaga, ya que depende de ella para su alimento. En función de su forma de acción se puede distinguir, principalmente entre depredadores y parasitoides.

Los depredadores buscan activamente a los individuos plaga y se los comen. A algunos –como los sírfidos, las mariquitas y los cecidómidos– les gusta especialmente el pulgón. Otros, como las crisopas, chinches, tijeretas y arañas, son más generalistas y se alimentan de pulgones y también de cochinillas, ácaros, mosca blanca y trips. Los adultos suelen alimentarse de polen, néctar y otras sustancias azucaradas (de ahí la importancia de mantener los márgenes del huerto bien floridos para asegurarnos que en esta fase las poblaciones tienen alimento cercano y no se alejan de nuestro cultivo para alimentarse).

Los parasitoides ponen los huevos en el interior o exterior del cuerpo de su huésped, de manera que las larvas se desarrollarán a expensas del insecto plaga, al que van debilitando paulatinamente hasta que, al final de su ciclo, acaban por matarlo. Existen varios tipos de parasitoides, pero la mayoría de ellos son pequeñas avispas o moscas. En el caso de los que parasitan a los pulgones, la hembra parasitoide introduce el huevo en el interior del insecto. El cuerpo del pulgón va cambiando de color a la vez que se hincha progresivamente. Cuando el parasitoide termina su desarrollo y abandona el pulgón, podemos observar un pequeño agujero de salida.

Qué fauna auxiliar puede ayudarnos en verano

Los pulgones pueden encontrarse con facilidad en pepino, tomate y judía. Cuando sus depredadores detectan las primeras colonias ponen los huevos cerca para asegurarse de que las larvas tengan alimento tras nacer. Las larvas de los depredadores son muy voraces. Por ejemplo, el aphidoletes (una diminuta mosca de larva de color naranja intenso, pequeña pero visible) puede comerse más de 60 pulgones a lo largo de su vida. En el caso de los parasitoides cada individuo pone un solo huevo por pulgón. Podemos diferenciar a los individuos de pulgón parasitados ya que son más grandes y de color más plateado.

La Tuta absoluta del tomate tiene dos depredadores capaces de controlar su población: el Macrolophus pygmaeus y el Nesidiocoris tenuis. Ambos depredan los primeros estadios de larvas de tuta, tanto en la fase adulta como en la de ninfa. Tienen un aparato bucal chupador con el que succionan las sustancias internas de la larva. En las plantas de tabaco es muy fácil encontrar Macrolophus pygmaeus y es interesante tener alguna en el huerto.

La araña roja (Tetranynchus urticae) puede causar grandes daños en berenjena, tomate, judía, pepino y melón. La mejor medida para evitar su aparición es mantener la planta bien hidratada y refrescar el ambiente, con riegos abundantes por aspersión, utilizar sombreado, ventilación, etc. Estas condiciones también favorecen la instalación y buen desarrollo de la fauna auxiliar, ya que a partir de los 28-30 ºC, la actividad de los fitoseidos disminuye considerablemente. Los fitoseidos Phytoseiulus persimilis (color naranja) y Neoseiulus californicus (transparente) son depredadores que se encuentran de forma natural y realizan un buen control.

En el caso de tener cultivo bajo invernadero se puede disponer de parásitos y depredadores comerciales y hacer sueltas que ayuden o mantengan bajo control a las plagas que hemos mencionado.

No podemos olvidar tener en el huerto plantas que atraigan a la fauna auxiliar: asteráceas como la caléndula y la milenrama y apiáceas como el hinojo y la zanahoria silvestre. La lobularia y la borraja también son interesantes debido a que son plantas melíferas y poseen un amplio periodo de floración.

CERAI Aragón. Equipo de Dinamización Local Agroecológica