¿Qué es mejor para que se conserven bien? ¿ponerlas tapadas, ponerlas a oscuras, en un saco o bolsa negra, en una barquilla con luz pero en lugar fresco… quitar o no quitar los guíos, alguna Luna en la que cosecharlas…?
Benito Lizoain, Artajona (Navarra)

Respuesta de CERAI Aragón. Equipo de dinamización local agroecológica
Como resumen podríamos decir que las patatas se deben conservar secas, en un lugar fresco, húmedo y oscuro.

La patata, tubérculo con un elevado contenido en agua, es un órgano vivo y como tal al respirar consume oxígeno y desprende anhídrido carbónico. Entre 8 ºC y 10 ºC es la temperatura óptima para su conservación si deseamos guardarla para consumo a largo plazo. A esta temperatura la actividad biológica es mínima (respiración de los tubérculos, y desarrollo de bacterias y hongos). Si bajamos más la temperatura el almidón comenzaría a degradarse y la patata perdería calidad. En el lugar de conservación hay que mantener la humedad relativa lo más alta posible para evitar la desecación y reblandecimiento de los tubérculos, evitando la condensación de agua en la superficie y manteniéndolas siempre secas. Cabe reseñar la importancia del oreado previo en campo, tras la cosecha, con el fin de que no entren con la humedad de la tierra al almacén.

En las patatas, al ser un órgano de multiplicación, si reciben luz se favorece la formación de distintas sustancias, entre ellas clorofila y solanina (alcaloide que provoca intoxicaciones), así como el desarrollo de los grillones o brotes. Si observamos coloraciones verdes en el tubérculo significa que se ha formado solanina.

La recolección deberíamos realizarla en menguante, descendente y en signo de Tierra, Virgo. Si nos vemos con la necesidad de limpiar los grillones para alargar su conservación hasta la nueva cosecha deberíamos realizarla en luna menguante (el día con la luna “más menguante” es el Viernes Santo, “el día sin luna, según la tradición popular”).

Algunas experiencias hablan de la acción de ciertas sustancias para la conservación:
– el ajenjo o los helechos reducen el crecimiento de los grillones, mejorando su conservación. Esto podría llevarse a cabo colocando planta seca sobre las mismas patatas;
– para evitar la aparición de ciertas plagas y enfermedades podríamos espolvorear sobre las patatas tierra de diatomeas o caolín, aunque hay que tener precaución por su posible alto contenido en aluminio.

También existe la posibilidad, en zonas donde no hay encharcamientos ni heladas muy severas, de conservarlas en la misma tierra donde se han cultivado, recolectando conforme tengamos necesidad. En este caso es importante asegurarse de que el cultivo está libre de gusano del alambre e incluso libre de grama, porque pueden afectar a la calidad de los tubérculos.