Melocotones y ciruelas en un plato

Es el título de esta acuarela de Giovanna Garzoni (1600-1670) fiel retrato de variedades de hace ¡400 años! Fue tan hábil esta pintora que en una época en la que era impensable entrar en el gremio si no eras hijo de un pintor, y mucho menos si eras mujer, empezó ayudando al farmacéutico de su pueblo, imaginamos que recolectando y dibujando plantas medicinales. Enseguida fue miembro respetado de la Accademia di San Luca y artista muy bien remunerada por familias pudientes como los Medici, directamente interesados en aquellos siglos en hacer inventarios de fauna y flora. Sin duda las ilustraciones de Giovanna, sirvieron incluso mejor de lo que hoy lo haría una fotografía en color.
Luego siglos de silencio y olvido hicieron de ella una desconocida, hasta que en 1964 una exposición de naturalezas muertas incluyó algunas de sus obras, deslumbrando como verdaderos mapas descriptivos de aromas, belleza y sabores que hoy –qué casualidad– necesitamos rescatar como tesoros varietales, dejando atrás una obsesión por la cantidad para retomar con todas las ayudas posibles una vuelta a la calidad. Sus láminas nos admiran por el detalle pero también sorprenden porque nos rescatan la textura y belleza de variedades antiguas de flores, de humildes verduras y de frutas como higos, ciruelas, melocotones, calidades extraordinarias conseguidas por agricultores locales y que hoy considerábamos perdidas.
Rosa Barasoain