En invierno, excepto en el Levante, muchos cultivos ven limitado su crecimiento debido a las bajas temperaturas. Sin embargo, estas bajas temperaturas son vitales para algunas plantas, porque las dotan de unas horas de frío necesarias para brotar en primavera. Sin esas horas frío se pueden resentir y verse retrasadas en la apertura de yemas, tener una brotación irregular o incluso desprenderse las yemas en flor. El proceso de acumulación de horas frío afecta a los cereales de invierno (se siembran en otoño, vegetan en invierno y espigan al año siguiente), pues necesitan un determinado número de horas frío para poder tener una abundante floración y, por tanto, una buena producción. No obstante, esta necesidad de “horas frío” se da mayoritariamente entre los cultivos frutales, tanto en los de pepita y los de hueso como en los frutos secos y frutos rojos. En nuestro huerto ecológico no sería de extrañar encontrar frambuesas o grosellas cultivadas, pero con seguridad sí que tendremos fresas. El número de horas frío va a depender de cada especie e incluso de cada variedad, pero lo habitual es empezar a contarlas por debajo de los 7 °C, temperatura promedio a partir de la cual detienen su crecimiento.

En nuestro huerto podremos reproducir las plantas de fresa, multiplicando las plantas por división de mata o –lo más extendido– mediante estolones. La plantación de las plantas madre hay que realizarla en pleno periodo de dormición, es decir, entre enero y febrero. Durante la primavera y el verano, dependiendo de las variedades, tendremos los frutos y en el otoño aparecerán unas ramificaciones o estolones que emitirán unas raicillas y que debemos plantar en una maceta cuidando de no tapar el brote central. Una vez arraiguen, podremos cortar el estolón y separarla de la madre para repicarla el invierno siguiente en marcos de plantación de 30 x 50 cm.

El invierno es el momento del repicado de las plantas de fresa, pero también del abonado y del acolchado. Las fresas son exigentes en nutrientes por lo que será necesario un abonado de fondo con 4 kg/m2 de compost maduro. El cultivo de fresa es plurianual, es decir puede durar de 4 a 6 años con una buena producción, así que cada temporada habrá que realizar un abonado adicional. Durante el invierno el crecimiento de las adventicias es más lento, sin embargo en el cultivo de fresa es muy importante la escarda continua, para mantener al cultivo rastrero libre de hierbas competidoras. Podemos solucionarlo poniendo un acolchado de paja o idealmente de acícula de pino, pues acidificará el suelo, resultando más sencillo a la planta la absorción de nutrientes.

 Alexei Cortina