La alcachofa se clasifica como Cynara scolymus y pertenece a la familia de las Compuestas. A simple vista tiene gran parecido con el cardo, ya que pertenece al mismo género botánico. Es originaria de la cuenca mediterránea y es en esta región donde se concentra aproximadamente el 80% de la producción mundial.

A la alcachofa le gustan los climas suaves y poco húmedos y es por ello por lo que en nuestro país la encontramos, sobre todo en el litoral mediterráneo. Sin embargo, como presenta cierta resistencia a las bajas temperaturas, es también un cultivo relevante en las zonas interiores del Valle del Ebro.

Respecto a las condiciones climáticas, las alcachofas dejan de crecer por debajo de 5 °C y “les sientan mal” las temperaturas superiores a 30 °C. Resisten heladas suaves, pero las brácteas exteriores se arrugan e incluso pueden llegar a quemarse. Si las heladas son un poco más severas llegan a afectar al corazón, lo que las dejará incomibles.

La alcachofa se adapta a muchos tipos de tierra, pero hay que tener cuidado con las tierras pesadas, ya que es muy sensible al encharcamiento.

En cuanto al riego, el primer mes tras la plantación se deberá regar frecuentemente para evitar la desecación de la tierra. Después se recomienda dar riegos profundos para que las raíces crezcan adecuadamente, y en la época de recolección se le procurará una buena humedad para que las flores crezcan con buen calibre.

Cuando haya riesgo de heladas se puede dar un riego de apoyo, aunque no haya necesidades hídricas, para reducir el daño del frío intenso.

Se puede cultivar la alcachofa durante dos años o más. Para ello, si se quiere alargar el cultivo, se suprimirá el riego hacia el mes de junio (cuando hay demasiado calor y las flores ya son duras para comer). Después, en julio-agosto se puede cortar y eliminar la parte aérea de la planta para que vuelva a brotar con la fuerza adecuada para afrontar la siguiente cosecha.

La multiplicación de la alcachofa se realiza tanto por semilla como por zuecas, siendo este último el método tradicional. Las zuecas son los brotes axilares de la planta, los cuales se arrancan en verano, después de la recolección y de haber suprimido el riego. A continuación, se pueden plantar en el nuevo terreno.

Cada vez se utilizan más las variedades obtenidas de semilla debido a que disminuyen los costes de plantación, dan flores más homogéneas, hay más garantías sanitarias y hay menos fallos en la plantación. Las variedades de semilla suelen ser híbridas, así que no es aconsejable resembrarlas debido a que se suelen obtener producciones demasiado heterogéneas.

Se recomienda realizar un buen aporte de compost antes de la plantación para tener una tierra fértil durante el largo tiempo que dura el cultivo.

En cuanto al marco de plantación utilizaremos una separación entre plantas de 0,7 a 1 m, y una distancia entre filas de 1 a 1,5 metros.

La plantación se puede realizar desde el inicio de la primavera (o una vez que haya finalizado la época de heladas) hasta finales de verano. Según la fecha de plantación y el clima de nuestra zona la recolección se realizará en épocas distintas. En las zonas interiores del Valle del Ebro se obtienen mayores producciones entre marzo y mayo, mientras que en el litoral mediterráneo la mejor época es desde noviembre hasta marzo.

Respecto a las variedades tradicionales, la que más destaca en España es la “Blanca de Tudela”, siendo muy cultivada en Navarra, pero también en el resto de regiones alcachoferas.

Aunque es un cultivo con pocos problemas fitosanitarios, debemos prestar atención al barrenador de la alcachofa (Gortyna xanthenes), el cual evitaremos eliminando (retirando y luego triturando) las partes aéreas después de la recolección. Si multiplicamos nuestro cultivo a base de zuecas nos fijaremos en que estén sanas para no propagar el barrenador u otras enfermedades fúngicas o víricas.

También suele haber problemas de pulgón negro (Aphis fabae), el cual se puede prevenir manteniendo una tierra equilibrada y aumentando la biodiversidad y la fauna auxiliar de la finca.

CERAI Aragón. Equipo de Dinamización local Agroecológica