Hace ya algunos años que a la hora de fructificar el tomate (variedades autóctonas), gran parte de las flores se secan por el pedúnculo y se caen. Esto no ocurre con variedades híbridas. La más utilizada en esta zona es el “óptima”. ¿Se trata de algún tipo de virus?, ¿Puede existir polinización con las variedades híbridas y ser esto la consecuencia? Tened en cuenta que obtengo mi propia planta de hortaliza mediante semillero, al que aquí se le llama “olla”, y este año no he plantado ninguna variedad híbrida. Jesús Martínez Fernández, Letur (Albacete)

Respuesta de Josep Roselló
Como bien dices en las variedades tradicionales de tomate es frecuente la pérdida de flores. Las causas pueden ser diversas, a las que tu citas de daños por virus, posibles pero poco probables y además acompañadas de otros síntomas, se añaden otras causas sanitarias como enfermedades de hongos, o las alteraciones agronómicas que creo son las más frecuentes. Se sabe que hay caída importante de flores por riegos desequilibrados, temperaturas inadecuadas, vientos secos, etc. Incluso la planta se regula si hay mucha fruta ya cuajada. Más difícil, pero no imposible –el tomate es bastante autógamo–, es que la causa sea el recibir polen ajeno, en ese caso se perderían caracteres locales. Esta situación contrasta con las variedades comerciales, modificadas para asegurar varios frutos por racimo. Se considera la productividad como el resultado de los frutos cuajados en cada racimo de la planta por su peso medio. Aumentar, si es necesario, el porcentaje de cuajado de las flores de la variedad de tomate es un buen objetivo para la mejora participativa dentro de la agricultura sostenible, y existen ejemplos de trabajos a través de la selección masal, que han aumentado la producción de variedades tradicionales de tomate. Este puede ser un buen objetivo también para agricultores que guardan sus semillas como tú, podemos identificar las plantas con mejor cuajado y guardarlas. Mientras tanto, la mejor solución es gestionar agronómicamente los factores de la buena polinización, porque nuestras variedades locales también se caracterizan por tener un importante número de flores, y con un buen manejo conseguiremos frutos suficientes para dar una cosecha de calidad.