Tengo una huerta para la venta de verduras ecológicas. He visto que en algunos cultivos es interesante regar con riego por aspersión. ¿En cuáles sí y en cuáles no es interesante? ¿Cuál gasta más agua?
Alexandra Herranz, Valencia

Respuesta de Borja Camí
La elección del sistema de riego va en función de varios factores: itinerario técnico del cultivo (sobre todo el desherbado), disponibilidad de agua, instalación de riego (presión y caudal suficientes)… El cabezal de riego por aspersión necesita un mayor caudal y una mayor presión que el riego por goteo.

Todos los cultivos hortícolas se adaptan bien al riego por goteo y es el riego más eficiente en el uso del agua (90%). Permite regar diariamente, hasta más de una vez al día en caso de tierras con baja capacidad de retención de agua (textura arenosa) y se adapta a los cultivos con acolchado. Hay que tener en cuenta la profundidad y la anchura a la que llega el agua, lo que llamamos el bulbo húmedo: en agricultura ecológica nos interesan bulbos húmedos grandes para que las raíces puedan expandirse.

El riego por aspersión facilita mucho labores de desherbado mecánico y marcos de plantación más ajustados sin necesidad de tener tantas mangueras, siendo bastante eficiente en el uso del agua (80%). En fincas pequeñas recomendaría los mini aspersores (chorro de agua con un rotor que gira), que permiten ponerlos a 6×8 m aproximadamente. También están los microaspersores (hacen un paraguas de agua) y se pueden colocar a marcos más pequeños, pero son muy sensibles a la deriva sólo con un poco de aire, lo que reduce mucho la uniformidad del riego. Con la aspersión facilitamos una mayor exploración de la tierra por las raíces de la planta, ya que se humedece toda la superficie.

Una diferencia importante entre los dos tipos de riego es que con la aspersión se mojan las hojas, lo que unido a la climatología (rocío a la mañana, periodos de lluvia) puede producir un mayor riesgo de enfermedades fúngicas tipo mildiu (lechuga, pepino, patata, cebolla…) o podredumbres bacterianas en coliflores. Según las condiciones de cada finca, esto puede ser un factor determinante para elegir el tipo de riego. Para evitarlo, en aspersión se recomienda regar por la mañana cuando haga ya 2 horas que el rocío se ha secado, para cortar el ciclo de los hongos. Las dosis y la frecuencia de riego, a modo orientativo en periodo de verano, oscilan en riego por goteo de 5 a 10 L/m2 cada 1-2 días, mientras que en aspersión van de 10 a 20 L/m2 cada 2-3 días. Los caudales más altos con riego por aspersión tienden a apelmazar la tierra, en función de la textura y la materia orgánica, sobre todo cuando se hacen labores de desherbado con maquinaria pesada entre los riegos.