Riegos en el invernadero
Quisiera saber si es necesario regar el invernadero en invierno. Si no tiene cultivos en funcionamiento, ¿es necesario también? He oído que es necesario para evitar la disminución de la fertilidad y para preservar los microorganismos de la tierra.
Federico González. Loja (Granada)
Respuesta de Borja Camí
Es una pregunta interesante, porque intervienen varios factores. Tal y como nos comentas, el agua es necesaria para la vida. En la tierra de labor la actividad de los microorganismos se estimula con la humedad, la aireación, la temperatura o los exudados de las raíces. En cambio, una tierra seca por mucho tiempo coge un aspecto menos vital, se observa una pérdida de estructura… no crecen las plantas y la actividad de los microorganismos se reduce, el impacto de los rayos solares directos también afecta negativamente a la actividad de los microorganismos. Esto no quiere decir que plantas y microorganismos se extingan, sino que reducen su actividad y pasan la temporada desfavorable en fase de semilla, rizoma o tubérculo (plantas) y en el caso de los microorganismos en formas de resistencia (por ejemplo, varios tipos de esporas).
Mi primera recomendación sería repensar la rotación de cultivos: si no vas a cultivar, incluir un abono verde en el invernadero durante el invierno sería lo más favorable para mantener y potenciar la vitalidad de esa tierra. El abono verde lo vamos a regar, aunque será suficiente con pocos riegos porque las necesidades hídricas en invierno suelen ser bastante bajas. Pero de esta forma mantendremos activa la tierra de labor con las complejas interacciones entre raíces, microorganismos, materia orgánica, agua, nutrientes… El estado natural de la tierra es con vegetación, exceptuando los climas extremos, por esta razón siempre recomiendo incluir cultivos de abono verde si no se va a cultivar la parcela por una temporada. De abono verde hay diversas opciones y depende de la rotación. Por ejemplo, en el invernadero en invierno crecen bien las leguminosas (vezas, guisantes o habas forrajeras…) solas asociadas a un cereal de invierno, o también se pueden sembrar crucíferas (rábano forrajero, mostaza) que son de crecimiento bastante rápido.
Otra opción sería poner un acolchado para cubrir y proteger la tierra descubierta. Lo mejor es utilizar materiales orgánicos que estimularán la actividad de los microorganismos: compost vegetal, paja, triturado de poda, restos triturados del cultivo anterior… teniendo en cuenta que después lo vamos a incorporar a la tierra antes del siguiente cultivo (más simplificado es cubrir la tierra con un plástico opaco a la luz). En cualquiera de los casos el acolchado mantendrá una mayor humedad de la tierra, aunque recomendaría dar algún riego puntual si se observa que se seca demasiado.
En último caso, si no puedes aplicar ninguna de las medidas comentadas, volviendo a tu pregunta inicial diría que sí regaría alguna vez para mantener la vitalidad de la tierra y evitar que se seque demasiado. Pero fíjate que las medidas comentadas anteriormente también aportan el beneficio de competir con las adventicias, que de otra forma van a crecer y, por lo tanto, requieren alguna escarda o siega de las mismas a fin de que no lleguen a semillar y reproducirse masivamente.