Abonos verdes para primavera

Los abonos verdes son cultivos de vegetación rápida que se cortan y semientierran en el mismo lugar donde se sembraron para mejorar la tierra de cultivo y enriquecerla de materia orgánica, así como mantener o mejorar la actividad microbiana. Hay tres periodos en los que se pueden sembrar: en el verano, después de un cultivo de primavera; en otoño, momento ideal ya que protegerán a la tierra de las lluvias y no se necesitará aportar agua para su desarrollo; en primavera, época en la que son muy apropiados la veza (Vicia sativa), el guisante forrajero (Pisum arvense), la avena (Avena sativa) y el haba (Vicia faba).
Tanto la veza como la avena se suelen sembrar entre septiembre y noviembre para abono verde de otoño-invierno, pero también se pueden sembrar en primavera a mediados de marzo. La avena es el mejor tutor de la veza debido a su gran consistencia, con el inconveniente de que es sensible a las heladas tardías, pero en primavera resulta perfecta compañera de la veza. Por ser una gramínea, la avena permite airear y trabajar la tierra en profundidad gracias a sus numerosas raíces. También la combinación veza-haba forrajera da excelente resultado ya que los tallos de las habas les sirven de tutores, de lo contrario tienden a quedarse sobre el suelo y a padecer problemas de hongos con facilidad. Además, los tallos de las habas aportarán bastante celulosa, que se convertirá en materia orgánica de descomposición lenta, y las hojas, los tallos y las raíces de las vezas, así como las raíces y las hojas de las habas aportarán nitrógeno. En estos casos lo más habitual es que tras su siega haya que esperar a las plantaciones de verano, como los puerros o las coles.
Aunque estas especies son perfectamente utilizables para abonos verdes de primavera hay otras dos plantas que son las reinas de esta época por su rápido crecimiento: la facelia y la mostaza, tras las cuales se podrán plantar cultivos de verano como tomates, pimientos o berenjenas.
La mostaza (Sinapis alba) como buena crucífera, tiene un desarrollo muy rápido, asfixia a las adventicias y puede utilizar e incluso acumular en su parte aérea las reservas minerales que toma de las capas profundas. Además, puede crecer en tierras pobres en materia orgánica, descomponerse rápidamente y ahuyentar babosas, caracoles y nematodos. Se siembra en marzo y se siega 40-50 días más tarde. Se combina con veza, guisante, haba o avena.
La facelia (Phacelia tanacetifolia), de la familia de las borragináceas, además de su gran masa vegetal y de su rápido crecimiento, su floración primaveral dura dos meses y es muy melífera. Atraerá polinizadores y alojará a depredadores como los sírfidos o las crisopas. Se siembra a partir de abril y se siega después de 42-56 días.
Alexei Cortina