Tengo unas plantas de tanaceto pero no sé cómo sacarles provecho. He oído que son tóxicas, ¿qué propiedades tienen? Carmelo Goñi Pérez, Teruel

Respuesta de Carmen Bastida
El tanaceto (Tanacetum vulgare L.) efectivamente tiene unas cualidades muy curiosas (puedes leer lo publicado en el nº 21, o en el libro Plantas para curar plantas), por un lado es tóxico si se toma en una cantidad importante, pero también se ha utilizado tradicionalmente para eliminar parásitos intestinales e incluso en repostería para realzar sabores. En la huerta siempre ha sido una planta compañera, por un lado porque es hermosa, sombrea, y es muy melífera (atrae y alimenta con su polen a muchos polinizadores que nos serán beneficiosos), por otro lado y debido a sus fuertes aromas, es un repelente muy eficaz de moscas y mosquitos, a los que perturba y no deja hacer la puesta en los cultivos.

Es una planta muy rústica que no requiere cuidado especial. Puedes guardar las semillas y sembrarlo en marzo o también arrancando un tallo con un poco de raíz arraiga fácil. A finales del verano se corta y se trocea para echarlo en las sendas o ponerlo como acolchado de setos y árboles, allí donde no quieres que crezca hierba. Nunca se echa en el compost, porque frena la descomposición. Es bueno también recoger unos ramilletes y ponerlos a secar cabeza abajo en armarios o en lugares donde quieras que no acudan las polillas o los gorgojos.

Un extracto fermentado (poner a macerar en 10 litros de agua 250 g de planta seca o 1 kg fresca durante 3-4 días, remover cada día y cuando no haya efervescencia filtrar). Diluir al 5% para pulverizar con efecto insecticida, contra hormigas, pulgones de la raíz, mosca de la col. Una decocción (poner en agua fría 500 g de plan-ta en 10 litros de agua durante 24 horas, luego llevar a ebullición y cocer durante 20-30 minutos a fuego lento, apagar, dejar enfriar y colar) pulverizada en época de los vuelos, una vez por semana, alejará a la mosca de la col y a la carpocapsa.

El tanaceto se extiende con sus rizomas y si no lo controlas –basta con arrancar los nuevos brotes– puede llegar a ser invasivo. Si dejas alguna mata seca, en el invierno servirá de reservorio a muchos depredadores de interés en la huerta o el vergel.