Tratamientos con preparaciones de ajo

El ajo tiene un aceite esencial que es muy disuasivo contra numerosos insectos, ácaros fitófagos en general. También posee propiedades fungicidas. Hay diferentes maneras de prepararlo, y la primavera es una buena época para aplicarlos en el huerto ecológico.
Infusión de ajos: contra trips, pulgones, ácaros, el ácaro del fresón.
Preparación: se pican alrededor de 10 g de dientes de ajo, se echan en 1 litro de agua hirviendo, se tapa, se apaga el fuego y se deja infusionar durante 24 horas. Aplicación: puro, sin diluir, 3 veces, con intervalos de 3 días entre cada aplicación.
Maceración de ajos: La base de esta preparación es una maceración de ajo en el aceite. Es fácil de preparar y tiene efectos como insecticida, repelente y como fungicida.
1. Picamos los ajos, unos 100 g, con su piel incluida. Añadimos 3 cucharadas de aceite crudo de oliva. Dejamos macerar durante 24 h.
2. Filtrar con un colador fino, y aplastar bien la pulpa para aprovechar hasta la última gota con todos sus principios activos.
3. Añadimos 1 cucharada de jabón negro (jabón potásico), batimos bien.
4. Añadimos 1 litro de agua y mezclamos bien.
Esta maceración, en lugar fresco y protegida de la luz, se conserva 3 semanas. Utilización: diluida al 5% (1 volumen de preparación por 19 volúmenes de agua) y vaporizada por la tarde (repetir regularmente) la maceración de ajos
es eficaz como: insecticida y repelente de pulgones, ácaros, mosca de la cebolla, escarabajo de la patata… También tiene propiedades fungicidas contra enfermedades criptogámicas (roya, botritis, lepra del melocotonero, etc.).
Diluida al 10% (1 volumen de preparación por 9 volúmenes de agua) y pulverizada en el riego, sobre follaje y troncos, se le conocen efectos repelentes contra conejos, corzos… Los resultados dependen de la sensibilidad de cada animal. Un tratamiento más concentrado (o utilizándolo puro) dará mejores resultados, pero cuidado con no aplicarlo puro sobre las plantas del huerto que sean tiernas, pues actúa como un defoliante.