Es un ingenioso sistema para ahorrar energía y esfuerzo a la hora de cultivar porque permite labores sencillas que mejoran los cultivos, como desherbar y evitar que después de un riego o de una fuerte lluvia la tierra al secarse forme costra. En vez de trabajar con la azada, solo hay que empujar el manillar que impulsa una pequeña rueda.

Su popularidad nos llegó del norte de Europa, pero en los años 60 y en la huerta valenciana, con ayuda de algunos herreros locales algunos hortelanos hacían sus apaños con viejas bicicletas para el cultivo de la cebolla principalmente. Además del manillar y la rueda se pueden insertar diferentes aperos que según la forma servirán para desherbar entre líneas cortando las pequeñas hierbas, para romper la costra o binar, hacer aporques al pie de las plantas que lo precisen, hacer surcos para marcar o poner semillas pequeñas, o surcos más grandes para semillas medianas o para poner plantel; puedes también hacer el caballón completo, o labrar superficialmente la tierra sin voltearla, para airearla y mullirla antes de una siembra, o después de cada riego. Solo requiere nuestra fuerza –se calcula que ocho veces menos de esfuerzo que con una azada manual– y no importa la extensión, ni que la tierra sea pedregosa.

Roger Farré, agricultor ecológico profesional en la zona del Maresme, en Barcelona emplea la azada de rueda por comodidad, “tenemos 40 cultivos de huerta diferentes a lo largo del año y esta herramienta me permite trabajar con más detalle que un tractor o motocultor, como una herramienta tradicional, pero sin doblar la espalda. ¡No quiero acabar como mi abuelo! Y puedo meter más horas e incluso entrar en medio de los cultivos sin problema. Enseguida aprendes a guiarla y se aprecia la ventaja de que multiplica la fuerza y lo haces con la espalda derecha y con rapidez”.

Silenciosa, ligera, no consume petróleo… esta herramienta se ha acogido con gusto en la huerta ecológica. También es parte del manual de muchos colegios con huerta escolar, y por supuesto en las huertas familiares. Roger hace años que utiliza la azada de rueda en cultivo profesional, “mi socio es americano y trajo una, con diversos acoples, y he comprado también una azada de rueda de Ecoprac” (la que dejó diseñada el pionero Josep Valls, fallecido hace tres años, y que hoy tiene continuidad gracias a su hija Heidi Valls). “Me gusta porque es muy ligera, inoxidable y no lleva cámara de aire”, nos comenta.

Según su propia experiencia, “ayuda mucho desherbar, aporcar un poco de tierra al pie de la planta y sobre todo romper la costra, de manera que aireas la tierra y así ahorras en riegos y las plantas se desarrollan mejor”.