El análisis muestra que los herbicidas fueron el principal contribuyente del total de plaguicidas encontrados, con la terbutilazina presente en todas las muestras. Y en al menos 13 de las 29 muestras se excedían los niveles de concentración aceptables según la normativa europea. Los insecticidas neonicotinoides –imidacloprid y clotianidina–, que son los que representan un mayor peligro tanto en la disminución de aves e insectos polinizadores, como en la de abejas silvestres, son los más presentes por encima de los niveles recomendados. Respecto a los medicamentos para animales detectados, estos fueron del tipo antimicrobianos, la mayoría de los cuales son antibióticos. El antibiótico β-lactámico se encontró en dos tercios de las muestras analizadas.
El examen de los 29 ríos dio como resultado la presencia de estos herbicidas, fungicidas e insecticidas utilizados en agricultura y medicamentos aplicados en ganadería; pero los investigadores destacan que los agricultores no quieren contaminar los ríos, ni las compañías de agua quieren tener que eliminar toda esa contaminación, por lo que, reclaman, “tenemos que trabajar para reducir la dependencia de pesticidas en los cultivos y de medicamentos a través de una agricultura ecológica”. El estudio ha sido publicado en la revista especializada Science of The Total Environment.
Calle Santa María, 115. 31272 Artaza (Navarra) Spain - Tel. 948 539216 - Email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.