Protecciones de los planteles: cama caliente

El uso de camas calientes es una técnica para proteger del frío a los cultivos en su fase inicial. Es en realidad una técnica de forzado que pretende iniciar cultivos en épocas en las que, por el frío existente, no estaría garantizada la germinación de las semillas y el éxito de la plántula obtenida. Así podremos adelantar el momento de la plantación. Otras técnicas como invernaderos, mantas térmicas o cobertura también pueden proteger a los cultivos.
La técnica de la cama caliente se basa en que la materia orgánica en descomposición desprende calor y en la capacidad de la tierra de absorber esa energía. Hay múltiples maneras de hacer una cama caliente. La diferencia fundamental reside en la necesidad de cubrir toda la estructura con plástico o cristal. En las zonas más cálidas basta con proteger el lecho de siembra con una barrera que evita que los vientos fríos (normalmente del norte) entren en contacto con las plántulas. Por ejemplo, en las huertas valencianas tradicionalmente se hacían a modo de barracas con cañas y paja de arroz que se instalaban como muestra la figura de arriba.
Si se necesita cubrirla, la estructura donde irá el plástico o cristal puede hacerse con materiales de construcción, con balas de paja, con madera o con pequeñas varillas en arco. Al mismo tiempo los materiales empleados pueden servir para contener los materiales de la cama caliente, y en algunos casos, como la paja, incluso pueden actuar como aislante, para conservar el calor de la cama.
Una forma muy sencilla de hacerla es cavar un rectángulo de pequeñas dimensiones en el huerto ecológico, unos 50 cm serán suficientes para hortícolas, y aportar en él hasta llenarlo una primera capa de estiércol fresco todavía por descomponer, una segunda capa de arena de río y por último como lecho de siembra, una capa de sustrato de calidad, que puede ser una tierra fértil bien tamizada o una mezcla de sustratos 45- 45-10 (humus de lombriz/fibra de coco/perlita).
El estiércol de la base de la cama, al ir descomponiéndose, desprende calor, que al llegar a las raíces de las plántulas aceleran su desarrollo. La arena dificulta el crecimiento de las raíces evitando el contacto con la materia orgánica fresca y mejora el drenaje de la zona de siembra. El sustrato pone las condiciones adecuadas para la nascencia y el desarrollo del plantel.
Con las camas calientes pueden asegurarse de 20 a 25 °C durante más de un mes. Es interesante que esté situada en un lugar soleado y orientada al sur.
Una vez hecha la siembra cubriremos el lecho con un plástico o cristal, sujeto a la estructura elegida. Regaremos el lecho con frecuencia para favorecer la germinación. Tras los aclareos pertinentes, el trasplante a terreno definitivo se retrasará hasta que no haya riesgo de heladas.
Si las plántulas están demasiado tiempo en la cama caliente habrá más probabilidad de fracaso tras el trasplante, al haberse desarrollado raíces muy largas que lesionaremos. Por ello debemos planificar el inicio de una cama caliente de 30 a 45 días antes de que el tiempo atmosféricoal aire libre permita su cultivo sin protección.
Alberto Llopis (Ashorta)