Problemas en el huerto: araña roja

Se llama araña roja a unos ácaros pertenecientes al suborden Actinedida y a la familia Tetranyquidae. Su nombre científico es Tetranychus urticae, una de las plagas más graves que afectan a los cultivos en todo el mundo. Presenta cuatro estadios: huevo, larva, ninfa y adulto. La reproducción suele ser sexual aunque también puede darse la reproducción partenogenética. Son de color rojizo con un tamaño de unos 0,5 milímetros. Se asientan sobre todo en el envés de las hojas de la mayoría de los cultivos. Cosmopolita y muy polífaga, suele hospedarse en cítricos, frutales, hortícolas y ornamentales.
Al principio, el síntoma más corriente son unos puntitos decolorados y manchas amarillas, debido a que el ácaro se alimenta de la clorofila de tallos y hojas. Luego las hojas se abarquillan y se secan (en ataques severos la planta se queda sin hojas). Cuando la plaga es importante también se aprecian a simple vista las finísimas telarañas que tejen en el envés de las hojas. Los daños pueden ser severos, sobre todo en tiempo seco y caluroso, cuando las generaciones de araña se suceden con rapidez. Por ejemplo, en verano es una plaga típica en cultivos en balcón, porque el ambiente cálido y seco de los edificios la favorece.
Hay que vigilar su presencia a finales de primavera y comienzos de verano y se debe intervenir cuando más de un 20% de las hojas se vean afectadas. Como medidas preventivas se puede mantener la humedad ambiental instalando setos, cubiertas vegetales o acolchados, evitar las labores que originen polvo, controlar el exceso de abonos nitrogenados, realizar rotaciones de cultivos y pulverizar agua por las noches sobre las hojas. También se pueden pulverizar infusiones a base de ortiga, infusión de helechos para aplicar a principios de primavera, infusiones de ajenjo mezcladas con silicato de sosa rociando las plantas afectadas en primavera y otoño o cola de caballo con jabón neutro, que se debe aplicar durante 3 días seguidos. Otra opción es repartir pieles de cebolla por la tierra, al pie de los cultivos, como repelente.
Como control biológico tiene sus depredadores naturales, pero si no controlan la plaga totalmente podemos introducir el fitoseido Amblyseius californicus que se alimenta de huevos, larvas y adultos de ácaros. También son depredadores el mírido Macrolophus
caliginosus y la crisopa, entre otros. Existen a la venta preparados con estos depredadores para su suelta, teniendo especial incidencia en cultivos en invernadero. Como método directo de control funciona muy bien la aplicación de azufre tanto en polvo como líquido (o con quemadores en invernadero). Los aceites minerales y la azadirachtina ejercen un buen control, y en menor grado el jabón potásico y el aceite de neem.
Alexei Cortina