El principal cuidado que se recomienda tener, para asegurarse un buen semillero, es la calidad y adaptabilidad de la semilla al entorno. Las semillas deberán ser de variedades locales extraídas de plantas seleccionadas. Escogeremos aquellas especies delicadas que no toleran los fríos primaverales y que soportan bien el trasplante a su lugar definitivo. La profundidad a la que enterrarlas será 2 veces su largo.

Antes de la siembra es recomendable hacer una prueba de germinación para conocer el porcentaje de germinación real de la semilla. Se recomienda recubrirla, previo a la siembra, con una mezcla del hongo Trichoderma sp. para asegurar su sanidad, con una cubierta de melaza como alimento y adherente, además de algún tipo de minerales ya sea basalto o ceniza proveniente de madera.

Es esencial que el sustrato esté libre de semillas y patógenos. Para ello conviene hacer en él previamente una falsa siembra y observar si crece algún tipo de hierba, hongo o bacteria que pueda perjudicar el correcto desarrollo de nuestras plántulas.

La mezcla ideal de sustrato va a depender de nuestras condiciones y recursos, pero destaca la mezcla realizada con un 50% de fibra de coco y 50% de lombricompost bien hecho. Se recomienda agregar 5 gramos de Trichoderma sp. por cada 25 litros de volumen de mezcla total de sustrato.

Las bandejas o contenedores deberán estar desinfectados con pulverizaciones o inmersiones de uno de los siguientes productos: agua oxigenada diluida al 10%, bicarbonato de sodio diluido al 5%, biofertilizante de SMN diluido al 10% y caldo bordelés a su menor dosificación o polisulfuro de calcio diluido al 1%.

Podemos utilizar termohigrómetros para tomar las medidas de temperatura y humedad del lugar en el que instalaremos nuestro semillero antes de realizar la siembra, controlando sus valores diariamente durante una semana, para asegurarnos al máximo de que las semillas y las futuras plantas no sufrirán daños por heladas, sequía o exceso de humedad.

La ventilación del semillero es necesaria para evitar el afloramiento de hongos fitopatógenos. También podemos prevenir estas contaminaciones con aplicaciones preventivas de leche diluida al 10% y biofertilizante al 5% (o decocción de cola de caballo) cada 10 días.

Las plantas deberán ser trasplantadas antes de que sus raíces logren llenar todo el espacio disponible en el contenedor en el que están sembradas. Antes del trasplante se deberán preparar y aclimatar las plantas al frío y reducirles el aporte de agua, todo ello paulatinamente 5 días antes de su trasplante.

CERAI Aragón. Equipo de Dinamización Local Agroecológica