Acoger flores en el huerto ecológico, atraer auxiliares

Por razones de espacio, o por inercia, en el huerto nos limitamos a cultivar las plantas que nos sirven de alimento. Pero poner flores y aromáticas es de gran ayuda, porque aumentará la biodiversidad del lugar y a su vez ayudarán a equilibrar ese pequeño ecosistema, al atraer auxiliares que nos aseguran una capacidad desparasitadota impresionante. Hay estudios que hablan de un 53% menos de parásitos en cultivos donde se intercalan flores y aromáticas, con el consiguiente aumento en frutos debido a menores daños y a una mejor polinización, entre otros factores.
Que sean muy variadas y de floración escalonada es la manera de ofrecer cobijo y alimento la mayor parte del año, pues incluso los auxiliares que son cazadores carnívoros necesitan en algún momento de polen y néctar. De ahí que sobre todo a finales del invierno sea crucial ayudarles a sobrevivir con la presencia de flores tempranas, como los bulbos que sembramos en invierno, las primaveras, pulmonarias, diente de león, y otras silvestres que no segaremos en las lindes, además de consueldas, aguileñas, orégano, melisa, eschscholzia etc. que iremos sembrando. Introducir flores en el huerto y el vergel nos aporta muchos beneficios En verano les ofreceremos las vivaces, desde las geranium, manzanillas, gauras, a variedad de gramíneas; en otoño, las aster con abundante polen y floración escalonada, tanacetos, salvias y de nuevo el diente de león en su segunda floración; en invierno, romero y otras flores de larga duración como lavateras, onagras, lavandas.
Todas ellas atraerán al huerto ecológico mariquitas, sírfidos, crisopas, ácaros, chinches, arañas, avispas, carábidos y un largo etcétera de auxiliares, que junto con las abejas actuarán como benéficos polinizadores, a la vez que nos aseguran una capacidad reguladora importante, librándonos de huevos, larvas e insectos adultos. En algunas especies de umbelíferas, como la zanahoria silvestrese, se ha llegado a contabilizar 48 especies de Icneumones (de los himenópteros) y 4 especies de mariquitas en 14 semanas.
Hay tres maneras principales de mantener zonas floridas. O bien sembramos una pradera con una mezcla de diversidad de gramíneas (leguminosas, crucíferas, poligonáceas, facelia, trigo sarraceno, mostaza…) a imitación de una pradera florida que podemos segar después de que hayan semillado, o poner pequeñas bandas de florales como si fueran setos bajos entre los bancales o cultivos. La tercera opción, a combinar incluso con las dos anteriores, es intercalar flores y aromáticas al pie de algunos cultivos, o junto a cada hilera, o asociados a las hortalizas en los bancales, para que con sus aromas y exudaciones (albahaca, orégano, tagetes, caléndula….) mejoren la tierra, eviten las puestas, y ahuyenten, o atrapen, a los insectos dañinos para nuestros cultivos.